Un Club de lectura para Adultos / Mayores. ¿Qué es eso? Por
Miriam Simcovich (*).
Muchas veces, cuando propongo a una
entidad (biblioteca, club, asociación, centro de jubilados, etc.) organizar
un Club de Lectura para Adultos/Mayores, me responden:
- Ah, sí. Nosotros ya tenemos un taller literario.
De modo que me veo obligada a explicar que
se trata de dos cosas diferentes.
A un taller literario asiste quien desea
escribir, tanto porque ya lo hace pero quiere perfeccionarse a partir de la
mirada de un profesional, como porque espera recibir del docente algunas
consignas o desafíos creativos para estimular su imaginación. Es decir que en
este tipo de espacio el asistente quiere desarrollar
una producción propia, y espera avanzar en su obra a lo largo del taller.
A un Club de lectura, en cambio, asiste
gente que ama la literatura y se deleita con los libros … pero por distintos
motivos prefiere escuchar leer en voz alta y en grupo, lo cual le resulta muy
distinto que leer a solas. Aunque leer es casi siempre una actividad
solitaria e individual, el Club de Lectura propone un espacio para compartir
con otros el amor por los libros, y luego dialogar sobre ellos. Los
asistentes no tienen la intención de
escribir, y no desean que se los presione en este sentido. Se complacen al
re-encontrarse con libros y autores que ya conocen y/o descubrir a los nuevos
que se le propongan.
En el caso específico de los Clubes
de Lectura para Adultos/Mayores, a este contexto se suman otros aspectos:
1. Por el crecimiento de la expectativa de vida, cada vez hay más adultos mayores que viven
solos (esta es la situación de muchos participantes de los clubes que
coordino). Sus familias - si las tienen- trabajan todo el día o
tienen otras ocupaciones propias; sus parejas y amistades de la misma generación
ya no están, o atraviesan problemas de salud que no les permiten
socializar. Y de pronto, estas personas descubren que se han pasado la
mayor parte del día solos, y conversando
con la radio. Algunos me refieren que salen a hacer compras innecesarias,
solo para conversar con quienes atienden el comercio. Sienten una
poderosa necesidad de hablar, de comunicarse, de re-encontrar al otro en una
sociedad donde todo se resuelve de manera cada vez mas automática,
individualista y solitaria.
2. Hay pocas actividades que los adultos mayores puedan
realizar en grupo.
Esto no quiere decir que no haya ninguna: claro que
las hay, a costos accesibles e incluso gratuitas. Pero a medida que las
personas aumentan en edad, las propuestas se van reduciendo
drásticamente.
- Uno de los motivos es el horario: por un tema de
inseguridad, prefieren no regresar solos de noche. Es claro que no todos
cuentan con alguien cercano que pueda trasladarlos ida y vuelta, y se les
complica solventar el costo adicional de un taxi o remise. Como
resultado, los horarios son un factor decisivo a la hora de definir si pueden o
no sumarse a una propuesta.
- Otro factor que pesa es la eventual necesidad de realizar
una inversión en materiales o indumentaria especial, indispensables para
llevar a cabo ciertas actividades (dibujo o pintura, por ejemplo).
- Finalmente, van descartando todo lo que implique
ciertas habilidades o destrezas físicas (tanto visuales y auditivas como de
motricidad) que ya no tienen, o no están en condiciones de desarrollar.
Y en relación a la lectura
específicamente, las personas de mayor edad que siempre amaron los libros
observan con preocupación el creciente costo de los ejemplares, el
pequeño tamaño de la tipografía en algunas ediciones (¡qué triste es tener que
elegir un libro sólo por el tamaño de la letra!), o la aparición de autores y
tendencias nuevas en el mercado editorial que no saben cómo abordar.
Frente a este marco, formar parte de un
Club de Lectura ofrece una actividad accesible y adecuada a sus posibilidades.
La propuesta.
El Club de Lectura comienza creando
previamente un espacio distendido y cálido, donde los participantes puedan
sentirse cómodos, conversar y manifestar sus opiniones libremente.
Luego de una breve charla inicial
individual, la coordinadora selecciona cuidadosamente los textos a leer En base
a los intereses expuestos se pueden abordar escritos de todos los géneros
(clásicos, policiales, románticos, biográficos, de ciencia ficción,
fantásticos, históricos, de espionaje, de viajes….) a través de cuentos,
ensayos, novelas breves, poesía, etc. También se puede acordar el
dedicar un tiempo determinado a ciertos autores y obras, o recorrer diversos
títulos y escritores en cada encuentro.
Durante la reunión la coordinadora
- que está formada como Narradora Profesional - lee
este material en voz alta poniendo sentimientos, voces, onomatopeyas, gestos y
silencios al servicio del relato. Es decir, apelando a recursos dramáticos que
hacen más amena la escucha.
Y finalmente se promueve una
dinámica de grupo para estimular la conversación sobre lo que se leyó y se
escuchó, de modo que todos puedan opinar sobre el estilo y el contenido del
texto, compartir intereses y experiencias previas vinculadas a lo leído, y
también descubrir autores nuevos y re-visitar a los clásicos … pero por puro
placer.
Muchos de los participantes nos dicen que
ya conocían un texto determinado, pero “escucharlo así es diferente”. O que a partir de la charla con sus pares
comprendieron aspectos nuevos de ese escrito, y que este espacio les “abre la
cabeza”. También hay quienes toman nota de los autores y textos leídos, que
en muchos casos les eran desconocidos, para luego tratar de conseguir otros
trabajos del mismo escritor.
Porque para sumarse a un Club de Lectura
no hace falta ser un experto en libros ni autores.
Parte del trabajo de la coordinadora es alentar
a los participantes para hacer un libre análisis del texto, indagar la opinión
de los otros participantes para contrastarla con la propia, consultar lo que no
se entendió, vincularlo con experiencias propias o ajenas, con otros libros
leidos, o películas, o … Y esto ayuda a que los adultos /
mayores reciban una estimulación cognitiva, puedan disfrutar de la lectura
accediendo a material que quizá no pueden adquirir, compartir un rato distendido
con otras personas de su generación, salir de su casa para compartir sus
intereses y - sobre todo- hablar y ser escuchados.
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