Cuentos de brujas, de princesas, de hadas, de elefantes.... Cuentos!!!
El blog de Miriam Simcovich, para compartir el amor por la narración oral y los cuentos.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
martes, 17 de noviembre de 2015
Contando un tango....
https://youtu.be/WHvw3qZWW0c
En la presentación del disco de tango "La media cuadra inmortal", Teatro Nacional Cervantes (11/11/2015) y Auditorio de la AMIA (14/11/2015)
jueves, 12 de noviembre de 2015
El tango en un cuento: el 14/11 en la AMIA!!
El 14/11 a las 21.30 repetiremos la presentación del disco "La media cuadra inmortal", pero esta vez en la AMIA, Pasteur 633, CABA.
miércoles, 28 de octubre de 2015
Tango y narracion en el Teatro Cervantes
El miércoles 11/11 a las 21.00 se presentará un nuevo disco de tango, “La
media cuadra inmortal”.
Ese día estarán la Orquesta Victoria tocando en vivo, los cantantes Noelia
Moncada y Ariel Varnerin, una pareja de baile y... yo!!, narrando un cuento sobre el género.
Un proyecto especial, que esperamos compartir con todos los amantes del tango.
Y para los que no llegan ese dia a esa hora, la función se repite el sábado 14/11 a las 21.30 en la AMIA: Pasteur 633, CABA.
Y para los que no llegan ese dia a esa hora, la función se repite el sábado 14/11 a las 21.30 en la AMIA: Pasteur 633, CABA.
miércoles, 14 de octubre de 2015
Beneficios de contar cuentos
Estimulan la fantasía, sensibilidad, la memoria y la expresión.
Ayudan a desarrollar el lenguaje y despiertan el intelecto.
Los niños aprenden a escuchar con atención y a ser pacientes.
Fomentan la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
Enseñan a identificar emociones como el miedo, el miedo, el amor, la frustración, la ira …
Todo niño desea la atención de sus padres y pasar tiempo con ellos, y el rato de contarles un cuento incrementa la comunicación y la confianza entre ambos.
sábado, 19 de septiembre de 2015
"La mente infantil pide conflicto y el cuento no traumatiza: prepara para la vida"
Comparto una excelente entrevista a Antonio Rodríguez Almodóvar, un experto español en literatura infantil y juvenil, que arroja luz sobre lo que le pasa a los niños con los cuentos. A disfrutarla!!
http://www.laopinioncoruna.es/contraportada/2015/03/07/mente-infantil-pide-conflicto-cuento/934489.html
Antonio Rodríguez Almodóvar Catedrático y premio Nacional de Literatura Juvenil 2005
"La mente infantil pide conflicto y el cuento no traumatiza: prepara para la vida"
"No despreciemos nunca la inteligencia de los niños, la moraleja es innecesaria"
Por Sandra Penelas 07.03.2015
Autor de más de medio centenar de libros, Rodríguez Almodóvar desarrolla una destacada labor de recuperación de los cuentos populares españoles. Una de sus colecciones, reeditada desde 1985, ya ha alcanzado los cinco millones de ejemplares.
Ayer participó en unas jornadas internacionales sobre Literatura Infantil y Juvenil y volvió a reivindicar la importancia de un tipo de narración que ha sido "esencial" para la humanidad durante siglos.
-Usted defiende los valores pedagógicos del cuento popular, pero en los últimos tiempos surgen voces críticas por entender que transmiten estereotipos sexistas o ser demasiado dramáticos para los niños.
-No estoy de acuerdo. Todo depende de la versión de la que estemos hablando. Siempre trato de recuperar las orales porque son de verdad las que encerraban más valores. Si a La Bella Durmiente le sacamos la segunda parte queda en un cuento un poco tonto de una princesa condenada a dormir que solo despierta por el beso de un príncipe azul. Pero después ella tiene que salir adelante en medio de enormes dificultades porque él se va a la guerra y debe hacerle frente a una suegra edípica que devora a sus nietos. Dirá la gente que casi es peor (risas). Lo cierto es que hay que partir de una base más sólida para analizar los cuentos. Tienen un valor simbólico y de lo que se cuenta representan otra cosa: el mal, el daño gratuito, la desprotección de los niños... El contraste mental entre lo que el niño escucha y lo que vive es lo realmente importante porque se siente protegido por su familia y refuerza su posición en el mundo. Todo esto es un mecanismo simbólico de la mente sobre el que se han hecho muchos estudios comparativos.
-¿Se otorga a los niños menos capacidad para diferenciar la vida real de la ficticia por esa visión de lo políticamente correcto que hoy invade todos los ámbitos?
-Hansel y Gretel, que era muy conocido como Periquín y Periquina en las tertulias hogareñas y campesinas españolas antes de que se rompiese la cadena oral, transmite que alguna vez tendrás que abandonar el hogar y más vale que sepas que la vida es un camino arduo y difícil. Pero también que tú puedes hacerlo. Es un mensaje simbólico que hace que el niño se prepare para la aventura de la vida y no crea que todo será un camino de rosas.
-Es uno de los problemas de la sociedad actual, los niños viven en una burbuja hasta adultos.
-Y entonces el encuentro con la vida es un encontronazo, un choque brutal. Sentirse de pronto en el bosque de la vida sin tener absolutamente ningún recurso para salir adelante es mucho peor que escuchar un cuento.
-¿Hay lugar para el cuento en un mundo digital como el de hoy?
-Yo creo que sí. El problema de las versiones digitales es que simplifican demasiado las historias. La estructura narrativa debe incluir un conflicto inicial importante, un desarrollo en forma de intriga y un final coherente. Esto es lo que hace que una historia, además de darle al niño una visión del mundo, le ayude a construir su estructura mental. Lo más importante de los cuentos es que su estructura interna ayuda a construir el andamiaje mental. Esto es lo esencial, incluso por encima de los valores que tienen. Machado, uno de mis autores predilectos, decía que lo importante es formar bien las entendederas.
-De ahí la importancia de que los cuentos estén en casa y en el colegio.
-Claro, y que los maestros los cuenten con cariño porque el valor afectivo es importantísimo para fijar bien la historia y que la mente se sienta reconfortada. Lo políticamente correcto ha hecho estragos y ha obligado a las editoriales a publicar cuentos mal construidos o bobadas, que de esto hay mucho hoy. Tengo que hacer un elogio de los ilustradores españoles porque hay gente verdaderamente extraordinaria, pero cuando vas a la historia te preguntas cuándo va a pasar algo. No hay derecho. La mente infantil está pidiendo otra cosa, ¡un conflicto! ¿Cómo que se va a traumatizar? Es lo contrario. Sin un referente simbólico para que entiendan por sí mismos que las dificultades están ahí, los niños crecerán entre algodones y pensando que todo es muy fácil. La doctrina no sirve con los niños, sirven los buenos cuentos contados para estimular la comprensión del mundo en todo su rigor.
-Ana María Matute, que le apodó como el tercer hermano Grimm, siempre reivindicó la calidad literaria de los cuentos.
-Sí, además de bien construido, el cuento es bello y hermoso añade un valor importantísimo. El valor estético de la vida y de la vida literaria no se aprende de un día para otro, es una construcción muy paciente hasta que arraiga de verdad el deseo de una buena literatura. Y con historias de tres al cuarto no pasa esto. La literatura infantil y juvenil a veces carece de una crítica seria y también es triste que sea una asignatura optativa en las escuelas de Magisterio. Debería ser una troncal a la que se dedicase el año entero.
-¿Los niños que hoy disfrutan con los cuentos son los lectores del futuro?
-Claro. O los no lectores, porque la afición a leer se desarrolla con buenas historias. Antes había decenas de cuentos en las tertulias hogareñas y cada familia tenía uno predilecto que ayudaba a construir el grupo. Me han dado las gracias muchas veces por recuperar el cuento de su abuelo que no encontraban por ninguna parte y, a continuación, me han dicho que la historia no era así (risas). No despreciemos nunca la inteligencia de los niños, por favor. Necesitan una buena estructuración mental y que ellos mismos interpreten y deduzcan con el tiempo, no hay prisa. La moraleja es innecesaria. Ana María Matute era gran enemiga de las moralejas. Siempre decía que los niños no son tontos. Hay que contar el cuento y ya está. Lo contrario es ofensivo y no valora realmente de lo que el niño es capaz.
lunes, 31 de agosto de 2015
Cuando yo narro una historia y tu escuchas.... nuestros cerebros se sincronizan!!
Trascribo un análisis muy, muy interesante sobre la narración como acto de comunicación.
Tal vez habrás reflexionado ya sobre la neuro-empatía que se genera en las mentes de dos interlocutores. Llevado a un plano íntimo, lo anterior queda en evidencia cuando leemos, y sentimos una particular conexión con esa ‘entidad’, aparentemente distante, que nos está narrando algo –o incluso, más allá del autor, con el propio protagonista de la narración, el personaje.
En el caso de la lectura, Aeolus Kephas, en su inolvidable ensayo “Escritores en el cielo de Hades”, advierte: Una combinación entre buena escritura con buena (atenta) lectura crea en nosotros un estado de trance que involucra un empalme entre nuestro estado mental y aquél del autor al momento de escribir… contenida dentro de las propias palabras, existe una carga de información oculta que sobrevive a cualquier número de traducciones o reimpresiones y permanece invisible e indetectable en el texto mismo. Lo que hace a Dostoievski un gran escritor… es que su frecuencia cerebral se sintonizaba con la de los personajes imaginados, lo que provocaba que hubiese una mínima distancia entre el creador y su creación.
También, probablemente, habrás notado que cuando conversas con alguien, la transmisión de información va mucho más allá de la simple comprensión de las palabras que se están empleando. Existe una danza de emociones compartidas, de flujos sinergéticos –del caos al orden, y de regreso–, que sumergen a los participantes en una comunión meta-lingüística.
Un estudio reciente, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, expuso a once personas a la grabación de una historia. Los investigadores Greg Stephens y Uri Hasson comprobaron que la actividad cerebral de la narradora y la de los escuchas, era la misma –exactamente las mismas regiones del cerebro que se activaban, al mismo tiempo, en ambos casos.
Si bien en este estudio las activaciones eran simultáneas, también se ha registrado que, en otros casos, la activación cerebral del narrador ocurre segundos antes que en los escuchas o, incluso, situaciones donde estos últimos parecen anticipar la continuación de la historia y experimentan la actividad neuronal antes que el propio narrador.
Un eslabón importante dentro de esta dinámica son las neuronas espejo, células del cerebro que son activadas cuando hacemos algo, pero también cuando observamos a otra persona hacer la misma acción –como una especie de eco memético que genera una eufórica interconexión entre tú y todos aquellos con quienes interactúas. Las neuronas espejo reflejan al interior de una persona, lo que está sucediendo a su alrededor, como si el observador fuese (y creo que en verdad lo es), el protagonista.
Por ahora hay que reconocer que, a pesar de la emoción que nos genera la aventura neurocientífica, esta aún se encuentra alboreando. Los investigadores desconocen en buena medida el papel de las regiones activadas mediante narraciones, y las deducciones en torno a la sincronización cerebral entre narrador y escucha aún mantiene múltiples enigmas –como un afortunado jardín secreto. Pero, como suele suceder en estos casos, no deja de resultar delicioso, al menos para la región convencional de nuestra psique, confirmar que muchos (y eventualmente quizá todos) esos pequeños y apasionantes fenómenos, como sincronicidades, pinceladas telepáticas, o algoritmos emocionales, a fin de cuentas si están impresos también en este plano, que son medibles, y comprobables.
http://pijamasurf.com/2013/08/cuando-yo-narro-una-historia-y-tu-escuchas-nuestros-cerebros-se-sincronizan/ Twitter del autor: @ParadoxeParadis
viernes, 7 de agosto de 2015
Vacaciones en la escuela !!!!!
domingo, 26 de julio de 2015
El hábito de la lectura en manos de los padres
Hoy más que nunca, la lectura corre el riesgo de ser vista por los niños como una imposición más de padres y profesores.
El niño puede crecer sin el hábito de dedicar parte de su tiempo a sumergirse en las letras y a enfrentarse con fascinantes aventuras en los mares del sur.
Es precisamente en la primera década de la vida cuando
las personas pueden adquirir este hábito; en esos diez años se tiene la
oportunidad de asimilar para siempre el placer de leer como una necesidad
consentida y deseada.
Los pedagogos afirman que se aprende a disfrutar de la
lectura y, por lo tanto, hay que ser conscientes de que se trata de algo
que se puede enseñar. Para ello, es básico el núcleo familiar. Enseñar a
leer es la asignatura que los padres deben transmitir a sus hijos,
teniendo en cuenta siempre su carácter, motivación, gustos e intereses.
En definitiva, el reto es estimular la curiosidad por los libros.
¿Qué puedo hacer para que mis hijos lean?
• No obligar a leer. Como toda actividad, la lectura requiere constancia para convertirse en hábito. Nunca se debe obligar a leer, pero sí se puede (y debe) convertir en un hecho cotidiano. La clave radica en que acabe formando parte del tiempo de ocio, igual que ver la televisión o jugar. En edades muy tempranas serán el padre y la
madre los que directamente ejerzan esta función. Con el tiempo, el espacio dedicado a la lectura se irá ampliando, y serán los propios niños quienes decidan cuánto, cuándo y dónde van a leer.
• Accesibilidad de los libros. Aunque no se trata de juguetes, los libros deben ser accesibles, tanto los propios como los ajenos. Es necesario quitarles ese estatus de objeto importante que sólo adorna las librerías. Es más, se han de potenciar las bibliotecas propias desde que nacen, porque un libro después de ser leído,
traspasa el umbral de lo meramente material.
• Visitar librerías. Las ferias o exposiciones pueden convertirse en un entretenimiento que acerque la literatura a los hijos. La idea de verse rodeado de tantas posibilidades familiariza al niño con este tipo de comercio y le añade atractivo. Además, si se le da una cantidad de dinero con el objeto de elegir el título que le guste, comenzará a desarrollar criterios de compra y aprenderá a distinguir qué obra merece la pena adquirir.
• Costumbre diaria. Leer todas las noches un cuento a los más pequeños se convertirá con el tiempo en un hábito de lectura diaria.
¿Qué puedo hacer para que mis hijos lean?
• No obligar a leer. Como toda actividad, la lectura requiere constancia para convertirse en hábito. Nunca se debe obligar a leer, pero sí se puede (y debe) convertir en un hecho cotidiano. La clave radica en que acabe formando parte del tiempo de ocio, igual que ver la televisión o jugar. En edades muy tempranas serán el padre y la
madre los que directamente ejerzan esta función. Con el tiempo, el espacio dedicado a la lectura se irá ampliando, y serán los propios niños quienes decidan cuánto, cuándo y dónde van a leer.
• Accesibilidad de los libros. Aunque no se trata de juguetes, los libros deben ser accesibles, tanto los propios como los ajenos. Es necesario quitarles ese estatus de objeto importante que sólo adorna las librerías. Es más, se han de potenciar las bibliotecas propias desde que nacen, porque un libro después de ser leído,
traspasa el umbral de lo meramente material.
• Visitar librerías. Las ferias o exposiciones pueden convertirse en un entretenimiento que acerque la literatura a los hijos. La idea de verse rodeado de tantas posibilidades familiariza al niño con este tipo de comercio y le añade atractivo. Además, si se le da una cantidad de dinero con el objeto de elegir el título que le guste, comenzará a desarrollar criterios de compra y aprenderá a distinguir qué obra merece la pena adquirir.
• Costumbre diaria. Leer todas las noches un cuento a los más pequeños se convertirá con el tiempo en un hábito de lectura diaria.
• Resolver dudas. Se deben buscar juntos en el diccionario los términos
que no se entiendan. Con ello se inculca la buena práctica de ampliar
vocabulario.
• No prohibir libros. Hay que prestar mucha atención en la edad crítica de la adolescencia, porque grandes lectores infantiles se pierden en esa etapa. En ese sentido, la libertad de elección será determinante. Nunca se deben prohibir títulos. En vez de eso, es importante explicar por qué no se va a entender lo que se lee, y cuál es el motivo para que no merezca perder el tiempo. De esta forma, se logrará despertar su espíritu crítico.
• Ser socio de una biblioteca. Una costumbre fácil y asequible es acompañar desde muy pequeños a los hijos a las bibliotecas. Posibilitan acceder a los libros sin necesidad de gastar grandes cantidades de dinero. Además, sirven para enseñar cómo escoger los títulos, e introducen a los pequeños lectores en el valor de la responsabilidad, ya que son ellos los que deben devolver el ejemplar prestado.
• Adaptarse a los gustos. Todo es susceptible de convertirse en la excusa que acerque a la lectura: un tema de actualidad, efemérides de personas o hechos que les llamen la atención o una película que les haya entusiasmado son ocasiones inmejorables para suscitar la pasión por los libros.
• Compartir la lectura. Cuando los niños crecen, se les puede ofrecer libros que estén leyendo los padres. Es muy motivador y divertido comentar en familia sobre los personajes o cualquier capítulo que les haya resultado interesante. La lectura es un
atractivo tema de conversación entre padres e hijos.
• No prohibir libros. Hay que prestar mucha atención en la edad crítica de la adolescencia, porque grandes lectores infantiles se pierden en esa etapa. En ese sentido, la libertad de elección será determinante. Nunca se deben prohibir títulos. En vez de eso, es importante explicar por qué no se va a entender lo que se lee, y cuál es el motivo para que no merezca perder el tiempo. De esta forma, se logrará despertar su espíritu crítico.
• Ser socio de una biblioteca. Una costumbre fácil y asequible es acompañar desde muy pequeños a los hijos a las bibliotecas. Posibilitan acceder a los libros sin necesidad de gastar grandes cantidades de dinero. Además, sirven para enseñar cómo escoger los títulos, e introducen a los pequeños lectores en el valor de la responsabilidad, ya que son ellos los que deben devolver el ejemplar prestado.
• Adaptarse a los gustos. Todo es susceptible de convertirse en la excusa que acerque a la lectura: un tema de actualidad, efemérides de personas o hechos que les llamen la atención o una película que les haya entusiasmado son ocasiones inmejorables para suscitar la pasión por los libros.
• Compartir la lectura. Cuando los niños crecen, se les puede ofrecer libros que estén leyendo los padres. Es muy motivador y divertido comentar en familia sobre los personajes o cualquier capítulo que les haya resultado interesante. La lectura es un
atractivo tema de conversación entre padres e hijos.
Es fundamental transmitirles a los niños que leer libros también tiene otras ventajas, además de potenciar la atención y estimular la curiosidad por diferentes temas: ayuda a expresar de mejor forma los pensamientos, así como a mejorar las relaciones humanas.
Por Rocío Brescia, especialista de Fundación Leer (www.leer.org).
jueves, 23 de julio de 2015
lunes, 20 de julio de 2015
Feria del Libro Infantil, en Polo Circo
Cuentos para dormir con los ojos abiertos!! Relatos de brujas, fantasmas, zombies, vampiros... La pasamos bàrbaro!!
domingo, 19 de julio de 2015
En las V Jornadas de Fortalecimiento de la Tradicion Oral Argentina y Latinoamericana, La Plata, 17 y 18 de julio
Una experiencia maravillosa: narrar historias a chicos de jardines de infantes, comedores comunitarios, merenderos, escuelas ... y compartirlo ademas con otros narradores de La Plata, Las Pampa, Mar del Plata, GBA, CABA, Tucuman... que tienen la misma pasión por el cuento.
martes, 7 de julio de 2015
domingo, 28 de junio de 2015
Narrando en "Historias para cambiar el Mundo"
Versión libre de "El Peral" de Javier Villafañe, en "Historias para cambiar el mundo", 20/6/2015.
¡Gracias a Ilda Viñals por organizar ese espacio dentro de su ciclo "Cuentos para acariciar el alma", y a Alejandro Sueldo por filmarme!
miércoles, 24 de junio de 2015
Jornada de cuentos!!! Actividad abierta y gratuita
Amantes de los cuentos, ¿¿nos vemos ahí?? Vamos a estar contando historias, junto a narradores de todo el país ...
jueves, 18 de junio de 2015
Lecciones de storytelling de los cuentos de hadas
(tomado de Puro Marketing, http://www.puromarketing.com/55/24431/lecciones-storytelling-puedes-aprender-cuentos-hadas.html)
Los cuentos de hadas son una presencia constante en nuestro imaginario colectivo. Todos hemos leído de pequeños alguna versión de algunas de las más populares de estas historias (y todos nos sorprendemos y sentimos curiosidad al llegar a la edad adulta al descubrir que muchas de ellas son versiones muy censuradas de las historias populares que circulaban hasta entrado el siglo XIX, en las que todo era más sangriento y escandaloso) y todos sabemos qué es lo que les ocurre a los personajes protagonistas. Las diferentes historias se han convertido en una especie de conocimiento común que nos sirve para explicar cosas, o entender otras, o identificar rápidamente qué historia nos muestran. Cuentos como La Cenicienta o La Bella y la Bestia han sido reinterpretados una y otra vez en la historia del cine o de la literatura.
Pero los cuentos de hadas no son solo un elemento que leemos cuando somos pequeños (y releemos cuando somos adultos) sino también una muestra sobre cómo contar bien historias.
Los cuentos de hadas son una presencia constante en nuestro imaginario colectivo. Todos hemos leído de pequeños alguna versión de algunas de las más populares de estas historias (y todos nos sorprendemos y sentimos curiosidad al llegar a la edad adulta al descubrir que muchas de ellas son versiones muy censuradas de las historias populares que circulaban hasta entrado el siglo XIX, en las que todo era más sangriento y escandaloso) y todos sabemos qué es lo que les ocurre a los personajes protagonistas. Las diferentes historias se han convertido en una especie de conocimiento común que nos sirve para explicar cosas, o entender otras, o identificar rápidamente qué historia nos muestran. Cuentos como La Cenicienta o La Bella y la Bestia han sido reinterpretados una y otra vez en la historia del cine o de la literatura.
Pero los cuentos de hadas no son solo un elemento que leemos cuando somos pequeños (y releemos cuando somos adultos) sino también una muestra sobre cómo contar bien historias.
Los cuentos de hadas se desarrollan de una forma magistral, manteniendo el interés del lector/oyente por la historia y haciendo que esperen con entusiasmo lo que viene después. Todos sabemos que los cuentos de hadas van a acabar bien. El malo será castigado, el protagonista se alzará victorioso, el bueno será recompensado. Sin embargo, la historia no pierde ni un ápice de interés y nadie evita continuar el desarrollo de la historia pensando que ya sabe que todo eso acabará bien.
Los cuentos de hadas son por tanto una muestra perfecta sobre cómo triunfar en storytelling y una fuente constante de lecciones sobre cómo contar historias. Las marcas deben releer los cuentos de hadas no solo para encontrar ideas sobre cómo vender sus productos y llegar al corazón de los consumidores (las transformaciones cenicientiles quizás ya estén demasiado vistas) sino para aprender los secretos de cómo hacer que una historia, un mensaje, se convierta en algo poderosamente atractivo.
La historia parte de temores y deseos universales
Los cuentos de hadas, aquellos que los folkloristas del XIX como podían ser los hermanos Grimm recogían de la tradición oral, crecieron al calor de la necesidad de transmitir sabiduría popular. ¿Por qué les contaban esas historias tan terribles o con promesas tan elevadas a los niños? Era una manera de alertarles de los males que había ahí fuera y de hacerles ver que ciertas acciones (como el trabajo o la sabiduría) eran recompensadas. ¿Cómo podemos aplicar eso hoy para contar buenas historias que resulten atractivas?
Aunque las escalas de valores han cambiado mucho desde que esos cuentos de hadas se hicieron populares, lo cierto es que en general siguen teniendo atractivo y conectando con la audiencia. ¿Por qué lo hacen? En realidad, los cuentos de hadas parten de temores y de deseos universales, por lo que las historias siguen teniendo un atractivo que llega a todo el mundo. La audiencia sigue esperando el amor romántico, sigue temiendo la soledad, continúa preocupada por el paso del tiempo y teme las amenazas a las que se puede tener que enfrentar. Contar historias que lleguen a quienes las reciben tiene que ver mucho con eso: hay que hablar de las cosas que los demás temen y desean, hay que conectar con esos temas para conseguir llamar la atención.
Para mantener al receptor, hay que crear suspense
¿Cómo consiguen los cuentos de hadas que el receptor se mantenga atento por mucho que sepa que al final habrá un final positivo? Las historias están llenas de suspense, añaden algún giro dramático y mantienen ciertos factores sorpresa. Los receptores siguen la evolución de los hechos y se mantienen alerta al qué pasará. Pensemos en Los tres cerditos. A medida que el lobo sopla y se van cayendo las casitas de los cerditos menos trabajadores, la historia nos está exponiendo a una tensión dramática. El receptor se va anticipando a lo que va a pasar y va viendo como la historia avanza hasta el punto culminante. ¿Qué pasará cuando el lobo sople en esa casita?
El suspense mantiene la historia siempre emocionante y hace que aparezcan puntos álgidos de la trama. El lector se adelanta a ellos, los saborea y es incapaz de dejar la historia porque tiene que saber lo que va a ocurrir. Es un recurso que emplean también, por ejemplo, las historias populares: la literatura popular ha jugado, desde que se publicaba por entregas y necesitaba mantener el interés del lector de un día para otro, con la idea de generar expectativas ante lo que va a ocurrir. Un buen contador de historias tiene, por tanto, que saber generar suspense. No importa que esté hablando de la lucha de un cerdito contra su destino o sobre el producto estrella que la marca X ha presentado al mercado. Tiene que saber mantener atrapada a la audiencia.
La conexión entre la historia y el receptor tiene que ser emocional
Los protagonistas de los cuentos de hadas tienen todos los mimbres para crear una relación emocional entre quienes reciben la historia. No es complicado sentirse identificado con personajes que sienten miedos que son similares al del común de los mortales, pero es que además las historias los presentan como personajes sometidos a situaciones que hacen que sentir empatía emocional no sea complicado. Las emociones son uno de los elementos que hacen que las historias funcionen, se expliquen y avances.
Las emociones son también el elemento fundamental que hay que buscar a la hora de establecer una historia con la que llegar al consumidor. Muchos estudios han demostrado que los consumidores conectan mejor con los mensajes de las marcas que generan una respuesta emocional y sobre todo que esa respuesta será más profunda y durará más en el tiempo. Las empresas deben por tanto apostar por conseguir esa relación emocional con el consumidor.
Los cuentos de hadas juegan con conocimientos comunes
No es difícil entender qué está intentando decir un cuento de hadas o cómo nos lo está intentando contar porque todos ellos echan mano de elementos que todos conocemos, ya sean sentimientos fácilmente identificables o acciones y actividades que son rápidamente descodificados por la audiencia. El cuento de hadas consigue llegar a audiencias elevadas y hacerlo rápidamente porque los receptores tienen ya esas bases para entender lo que nos están diciendo.
Si se quiere llegar a grandes masas con una historia, si se quiere que el storytelling sea eficaz conquistando a grandes grupos de consumidores, hay que partir de un punto de partida similar al de los cuentos de hadas: no se puede esperar que un mensaje sea descifrado por los receptores de forma rápida (y masiva) si se apuesta por referencias que solo unos pocos entenderán.
El final es siempre satisfactorio
Y partiendo de esos conocimientos comunes y jugando con el suspense llegamos al final: el final del cuento de hadas resuelve todos los problemas a los que nos hemos enfrentando y pone a todo el mundo en su lugar. Todo es finiquitado y todo lo es de una forma que resulta satisfactoria para quien ha estado siguiendo la historia. Ese es un elemento clave a la hora de contar la historia: hay que lograr que el final no solo cumpla con las expectativas generadas sino que deje además un buen sabor de boca. El receptor (consumidor en este caso) tiene que quedar satisfecho con cómo se resuelve la historia que se le está contando.
Los cuentos de hadas son por tanto una muestra perfecta sobre cómo triunfar en storytelling y una fuente constante de lecciones sobre cómo contar historias. Las marcas deben releer los cuentos de hadas no solo para encontrar ideas sobre cómo vender sus productos y llegar al corazón de los consumidores (las transformaciones cenicientiles quizás ya estén demasiado vistas) sino para aprender los secretos de cómo hacer que una historia, un mensaje, se convierta en algo poderosamente atractivo.
La historia parte de temores y deseos universales
Los cuentos de hadas, aquellos que los folkloristas del XIX como podían ser los hermanos Grimm recogían de la tradición oral, crecieron al calor de la necesidad de transmitir sabiduría popular. ¿Por qué les contaban esas historias tan terribles o con promesas tan elevadas a los niños? Era una manera de alertarles de los males que había ahí fuera y de hacerles ver que ciertas acciones (como el trabajo o la sabiduría) eran recompensadas. ¿Cómo podemos aplicar eso hoy para contar buenas historias que resulten atractivas?
Aunque las escalas de valores han cambiado mucho desde que esos cuentos de hadas se hicieron populares, lo cierto es que en general siguen teniendo atractivo y conectando con la audiencia. ¿Por qué lo hacen? En realidad, los cuentos de hadas parten de temores y de deseos universales, por lo que las historias siguen teniendo un atractivo que llega a todo el mundo. La audiencia sigue esperando el amor romántico, sigue temiendo la soledad, continúa preocupada por el paso del tiempo y teme las amenazas a las que se puede tener que enfrentar. Contar historias que lleguen a quienes las reciben tiene que ver mucho con eso: hay que hablar de las cosas que los demás temen y desean, hay que conectar con esos temas para conseguir llamar la atención.
Para mantener al receptor, hay que crear suspense
¿Cómo consiguen los cuentos de hadas que el receptor se mantenga atento por mucho que sepa que al final habrá un final positivo? Las historias están llenas de suspense, añaden algún giro dramático y mantienen ciertos factores sorpresa. Los receptores siguen la evolución de los hechos y se mantienen alerta al qué pasará. Pensemos en Los tres cerditos. A medida que el lobo sopla y se van cayendo las casitas de los cerditos menos trabajadores, la historia nos está exponiendo a una tensión dramática. El receptor se va anticipando a lo que va a pasar y va viendo como la historia avanza hasta el punto culminante. ¿Qué pasará cuando el lobo sople en esa casita?
El suspense mantiene la historia siempre emocionante y hace que aparezcan puntos álgidos de la trama. El lector se adelanta a ellos, los saborea y es incapaz de dejar la historia porque tiene que saber lo que va a ocurrir. Es un recurso que emplean también, por ejemplo, las historias populares: la literatura popular ha jugado, desde que se publicaba por entregas y necesitaba mantener el interés del lector de un día para otro, con la idea de generar expectativas ante lo que va a ocurrir. Un buen contador de historias tiene, por tanto, que saber generar suspense. No importa que esté hablando de la lucha de un cerdito contra su destino o sobre el producto estrella que la marca X ha presentado al mercado. Tiene que saber mantener atrapada a la audiencia.
La conexión entre la historia y el receptor tiene que ser emocional
Los protagonistas de los cuentos de hadas tienen todos los mimbres para crear una relación emocional entre quienes reciben la historia. No es complicado sentirse identificado con personajes que sienten miedos que son similares al del común de los mortales, pero es que además las historias los presentan como personajes sometidos a situaciones que hacen que sentir empatía emocional no sea complicado. Las emociones son uno de los elementos que hacen que las historias funcionen, se expliquen y avances.
Las emociones son también el elemento fundamental que hay que buscar a la hora de establecer una historia con la que llegar al consumidor. Muchos estudios han demostrado que los consumidores conectan mejor con los mensajes de las marcas que generan una respuesta emocional y sobre todo que esa respuesta será más profunda y durará más en el tiempo. Las empresas deben por tanto apostar por conseguir esa relación emocional con el consumidor.
Los cuentos de hadas juegan con conocimientos comunes
No es difícil entender qué está intentando decir un cuento de hadas o cómo nos lo está intentando contar porque todos ellos echan mano de elementos que todos conocemos, ya sean sentimientos fácilmente identificables o acciones y actividades que son rápidamente descodificados por la audiencia. El cuento de hadas consigue llegar a audiencias elevadas y hacerlo rápidamente porque los receptores tienen ya esas bases para entender lo que nos están diciendo.
Si se quiere llegar a grandes masas con una historia, si se quiere que el storytelling sea eficaz conquistando a grandes grupos de consumidores, hay que partir de un punto de partida similar al de los cuentos de hadas: no se puede esperar que un mensaje sea descifrado por los receptores de forma rápida (y masiva) si se apuesta por referencias que solo unos pocos entenderán.
El final es siempre satisfactorio
Y partiendo de esos conocimientos comunes y jugando con el suspense llegamos al final: el final del cuento de hadas resuelve todos los problemas a los que nos hemos enfrentando y pone a todo el mundo en su lugar. Todo es finiquitado y todo lo es de una forma que resulta satisfactoria para quien ha estado siguiendo la historia. Ese es un elemento clave a la hora de contar la historia: hay que lograr que el final no solo cumpla con las expectativas generadas sino que deje además un buen sabor de boca. El receptor (consumidor en este caso) tiene que quedar satisfecho con cómo se resuelve la historia que se le está contando.
lunes, 8 de junio de 2015
Y para terminar el cuento...
Ana Cristina Herreros, narradora oral que vive en Madrid, autora de “Cuentos populares del Mediterráneo”, (Siruela, 2007), aporta algunas fórmulas del final de los cuentos, con las siguientes variantes:
- Y colorín, colorado, este cuento es regalado.
– Y kikirikí el cuento acaba aquí, y cocorocó, el cuento se acabó.
– Y cric cric, mi cuento se acaba aquí. Y crac crac, mi cuento se acaba ya.
– Cuento corto, cuento largo, yo ya lo he contado, cuéntate tú algo.
–Y se divirtieron con música y canciones muchos días, y nosotros nos quedamos con las manos vacías.
– Y vivieron contentos y felices, y nosotros nos quedamos al lado del fuego porque del frío se nos hielan las narices.
– Estuvieron contentos y felices, y nosotros nos quedamos con tres palmos de narices.
– Y estuvieron contentos y felices, y nosotros nos comimos un puñado de raíces.
- Cuento verdadero, cuento inventado, cuenta el tuyo que el mío se ha acabado.
- El pájaro voló por el cielo y buen día les deseo.
- Y ellos se quedaron con bien y nosotros también.
A estos podemos agregar otros, como:
- Y colorín colorado, este cuento voló para tu lado.
- Y colorado colorín, esta historia llegó a su fin.
... y muchísimos mas!!
domingo, 31 de mayo de 2015
¿Qué contar a cada edad...?
Según la investigadora Otilia Chaves,
(este modo de clasificar las edades así como las restantes consideraciones son solo orientativas).
- Entre los 3 y los 5 años el niño atraviesa un periodo que podríamos designar como “rítmico-realista”: le importarán más las acciones que las descripciones, así como las reiteraciones rítmicas y la interpretación mágica de la realidad. Su vida imaginativa es muy rica y preferirá las historias centradas en un personaje.
- Entre los 6 y los 8 años se situará el periodo “imaginativo”, en el que los cuentos de hadas, lo fantástico, logra un más amplio desarrollo.
- Entre los 9 y los 12 años será el periodo “aventurero”: allí los cuentos y novelas de aventura serán los preferidos, lo fantástico se despliega con mayor intensidad, si bien se combina en partes iguales con la realidad. Son también adecuados los cuentos de humor, de amor, siempre que impliquen ternura y alegría: los de fantasma, detectives, así como los de ciencia ficción.
- De los 12 a los 17 se da el ciclo “idealista”: aparecen los héroes, las figuras paradigmáticas que sirven de modelo y ayudan a superar las dificultades de la vida: en este sentido los mitos son especiales para esta edad.
- A partir de los 18 años se presenta el ciclo “altruista”, aparece la realidad social como determinante de situaciones: los gestos de nobleza, la generosidad ganan terreno y será bueno revalorizarlos.
- Los cuentos que suponemos para niños pueden ser disfrutados por personas muy mayores
(este modo de clasificar las edades así como las restantes consideraciones son solo orientativas).
jueves, 21 de mayo de 2015
Contar cuentos para chicos no videntes ...
El 21 de mayo, en el Instituto Santa Cecilia para chicos no videntes, contamos historias sobre cómo era la vida cotidiana de los niños en el Buenos Aires colonial... ¿A qué jugaban? ¿Cómo se bañaban? ¿Cómo se vestían, qué tipo de ropa usaban?
Los cuentos: uno de Graciela Cabal; otro, una versión libre de Alicia Zaina; otros fueron armados en base a la historia pura ..., buscando una manera diferente de acercarlos a la realidad de aquella época, que les fuera mas cercana que el ya tradicional "¿Qué pasó en 1810?"
La recompensa fue de aplausos, pastelitos de batata o de membrillo y ... un regalo muy especial: un "Gracias" en Braile y una hermosa escarapela!!
lunes, 18 de mayo de 2015
Ayer, en El Desguace, narramos "Cuenta Clara"
Ayer el grupo Para Contarte Mejor, que integro con Irma Reyes y Norma Lopez, se presentó en el Teatro y Almacén Cultural "El desguace", en Boedo.
Narramos "Cuenta Clara", la historia de una mujer a lo largo de distintos cuentos.
Gracias al Desguace por brindarnos el espacio, y al público que vino a vernos!
¡¡Fue una experiencia buenísima!! Ahora... a repetirla!
Narramos "Cuenta Clara", la historia de una mujer a lo largo de distintos cuentos.
Gracias al Desguace por brindarnos el espacio, y al público que vino a vernos!
¡¡Fue una experiencia buenísima!! Ahora... a repetirla!
lunes, 11 de mayo de 2015
"Cuenta Clara", el 17/5 a las 18.00 en El Desguace!
Nuevamente estaremos en El Descuace, teatro y almacén cultural, narrando historias.
En esta ocasión ofrecemos "Cuenta Clara".
La propuesta es recorrer los principales momentos de la vida de Clara, una mujer tan única como todas las demás, a través de varios cuentos.
Mas información en:
https://www.facebook.com/events/1595055354098151/
¡¡Los esperamos!!
En esta ocasión ofrecemos "Cuenta Clara".
La propuesta es recorrer los principales momentos de la vida de Clara, una mujer tan única como todas las demás, a través de varios cuentos.
Mas información en:
https://www.facebook.com/events/1595055354098151/
¡¡Los esperamos!!
miércoles, 6 de mayo de 2015
Contando cuentos en el Instituto Santa Cecilia, para chicos no videntes
Hoy conté leyendas en el Instituto Santa Cecilia, una institución para chicos no videntes.
Esta "contada" me llevó mucho tiempo de preparación, porque me puse a pensar en cómo ayudarlos a imaginar una historia lo mejor posible, ya que no iban a ver mis gestos, mis manos, el movimiento de mi cuerpo....
Entonces decidí - ademas de usar mi voz en todos los tonos posibles- apelar al olfato, al gusto, hacer referencias al tacto, a la música, al susurro... a todas las otras sensaciones que tienen mucho mas desarrolladas que quienes podemos ver.
Y fue así que compartimos la leyenda de la lavanda (y al concluir, rocié el aula con un aromatizador), la del chocolate (y puse en cada pequeña mano un Rocklet), la del café (y les llevé café en saquitos, para que al abrirlos, ese delicioso aroma les llenara los sentidos) y muchas otras...
Esta "contada" me llevó mucho tiempo de preparación, porque me puse a pensar en cómo ayudarlos a imaginar una historia lo mejor posible, ya que no iban a ver mis gestos, mis manos, el movimiento de mi cuerpo....
Entonces decidí - ademas de usar mi voz en todos los tonos posibles- apelar al olfato, al gusto, hacer referencias al tacto, a la música, al susurro... a todas las otras sensaciones que tienen mucho mas desarrolladas que quienes podemos ver.
Y fue así que compartimos la leyenda de la lavanda (y al concluir, rocié el aula con un aromatizador), la del chocolate (y puse en cada pequeña mano un Rocklet), la del café (y les llevé café en saquitos, para que al abrirlos, ese delicioso aroma les llenara los sentidos) y muchas otras...
Y busqué canciones de cada país donde trascurría una leyenda, para ponerlos "en clima". Los chicos - y los grandes que los acompañaban- disfrutaron de cada historia, de la música, los sabores, los aromas .. Tanto, que me invitaron a volver!!
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